Después de haber visto la serie Shōgun en Star+/Disney+, basada en el libro de James Clavell y del que ya se había hecho una serie en los 80 protagonizada por Richard Chamberlain,
Hay varios temas que están muy presentes: la muerte honrosa ya sea en el fragor de la lucha o por seppuku1, el concepto de que las individualidades se desdibujan a favor del colectivo y por último, el rol de las mujeres en una época donde la guerra era parte cotidiana de los diferentes clanes.
En el caso de la serie, Toda Mariko era una noble con formación militar. A estas mujeres se las denominaba onna-bugeisha (女武芸者) u onna-musha (女武者) cuyo significado es “maestra en el arte del combate” y “maestra guerrera” respectivamente.
La existencia de mujeres guerreras en Japón está documentada de forma fidedigna a partir el siglo XII, aunque se habla de que mucho antes existió emperatriz Jingū2, que habría liderado una supuesta invasión de Corea a principios del siglo III. Su existencia es muy discutida ya que solo existen fuentes literarias sobre ella, pero es el modelo en el que se basa la imagen de la onna-bugeisha, incluyendo su característica arma, la naginata.
Estas mujeres pertenecían a la nobleza militar que, o bien se encargaban de la defensa de sus castillos mientras sus maridos estaban en campaña, o a veces participaban ellas mismas en las batallas en campo abierto.
Durante el período Sengoku3 (1467-1568) no era excepcional que las mujeres del clan estuvieran preparadas para defender sus castillos. Recibían entrenamiento en artes marciales y en el uso de diversas armas. A finales de esa época los portugueses introdujeron las modernas armas de fuego en Japón, marcando una diferencia muy importante en este tipo de batallas defensivas.
Declive de las mujeres guerreras
El siglo XVII empezó con la consolidación del shogunato Tokugawa iniciado por Tokugawa Ieyasu (quien sería Toranaga en la serie), finalizando el período Sengoku y dando lugar al período Edo, que duró más de 250 años y puso fin a las guerras civiles.
Esto cambió drásticamente el papel tradicional de la clase guerrera, tanto hombres como mujeres: los samuráis se convirtieron en burócratas y las mujeres, que ya no debían defender los castillos, en administradoras del patrimonio y educadoras de los hijos.
Como consecuencia, la práctica de las armas entre las mujeres se redujo notablemente y pasó a ser una disciplina marcial más que un entrenamiento con finalidades prácticas.
La batalla de Aizu y el fin de las mujeres guerreras
Con el fin del período Edo4 y ya iniciada la Restauración Meiji5, se libró la Guerra Boshin (1868-1869), que fue una guerra civil donde el shogunato de Tokugawa estaba en contra de aquellos que querían volver el poder real al emperador.
El joven emperador Meiji tenía el apoyo de los poderosos clanes Chōshū y Satsuma los cuales a pesar de poseer menor número de tropas, tenían armas más modernas.
A pesar de que el Shōgun se había rendido en mayo de 1868, las fuerzas del shogunato en el norte del país resistieron por varios meses. Una de las batallas más importantes fue la de Aizu (hoy Fukushima) entre octubre y noviembre de 1868.
Este escenario participaron tres importantes onna-bugeisha y fue el escenario que cerró una era.
Yamakawa Futaba era la hija y esposa de un oficial en Aizu y fue entrenada para luchar en la defensa del Castillo de Tsuruga contra las fuerzas del emperador. Después de un mes de asedio, la región de Aizu se rindió. Muchos soldados fueron capturados y enviados a campos de prisioneros y otros cometieron seppuku. Futaba sobrevivió y posteriormente se dedicó a mejorar la educación femenina en Japón.
Yamamoto Yaeko también conocida como Niijima Yae, que vivió entre 1845 y 1932 fue artillera en Aizu. Después de la derrota de las fuerzas del shogunato, se mudó a Kyōto con el objetivo a su hermano Yamamoto Kakuma quien había pasado como prisionero de guerra por el clan Satsuma.
Yaeko se convirtió al cristianismo en 1870 después de conocer a quien sería su esposo, el reverendo Joseph Hardy Neesima y ayudó a funda la Universidad Doshisha, una escuela cristiana en Kyōto.
Nakano Takeko, en cambio vivió una vida muy corta, del 1847 al 1868. Hija de otro oficial Aizu, durante la ballata de Aizu, lideró el cuerpo de mujeres samurai llamado jōshitai (娘子隊), en contra de las fuerzas imperiales cuando recibió una bala en su pecho. Sabiendo que moriría, le ordenó a su hermana Yūko que le cortara la cabeza y la ocultara de sus enemigos. Siguiendo sus órdenes, enterró la cabeza de Takeko bajo un árbol.
La Restauración Meiji marcó el fin de la era de los samurai.
El fin de esta cultura guerrera, marcó el comienzo de la sociedad japonesa que hoy conocemos, aunque está muy presente en la literatura, manga, anime y cine japonés (Kurosawa por dar un ejemplo) e incluso podemos ver cómo al filosofía del bushidō está presente en el cine occidental como la saga de Star Wars.
Referencias:
Onna-bugeisha, las mujeres guerreras de Japón, National Geographic.
A Long History of Japanese Women Warriors, ThoughtCo.
Hay un artículo muy completo en Wikipedia en inglés.
Artículo relacionado:
En Occidente se lo conoce como harakiki, aunque el término correcto es seppuku.
Información sobre la emperatriz Jingū, en Wikipedia en inglés que es más completa que la versión en español
El período Sengoku (戦国時代 que se traduce como “período de los Estados en guerra”) es un período muy largo de guerra civil de la historia de Japón. Se inició a fines del período Muromachi en 1467 con la guerra de Ōnin (la guerra duró de 1467 a 1478) hasta el período Azuchi-Momoyama en 1568. La paz final y el orden no llegaría hasta 1615, en el período Edo.
El período Edo (江戸時代), también conocido como período Tokugawa, es una división de la historia de Japón, que se extiende desde el 24 de marzo de 1603 hasta el 3 de mayo de 1868. El periodo delimita el gobierno del shogunato Tokugawa o Edo, que estableció oficialmente en 1603 el primer shōgun Tokugawa Ieyasu.
La era Meiji (明治時代) o Período Meiji (23 de octubre de 1868 - 30 de julio de 1912) denota los 45 años del reinado del emperador japonés Meiji. Durante este período, el país comenzó su modernización y occidentalización erigiéndose como potencia mundial. El nombre significa "Era de culto a las reglas".