La importancia de los kanji en el idioma japonés
Me llamaba la atención la importancia del papel en todos los ámbitos de la vida. En los konbini hay sectores específicos de papelería donde se pueden conseguir hojas de diferentes tamaños, colores y gramajes, como así también plumas, bolígrafos y lápices. ¡Incluso vendían hojas para escribir el curriculum vitae a mano!
Cualquier trámite que tuviera que hacer: formularios de inscripción, bancarios, solicitudes, etc. Todo debía hacerlo a mano y lo debía hacer con mi propio puño y letra. Por último firmaba con mi hanko.
Papel y escritura van de la mano. El idioma japonés tomó la escritura del mandarín con los bien conocidos kanji y a pesar de ser idiomas muy diferentes, los japoneses han adoptado y adaptado aquella escritura “a la fuerza” a su idioma. Al ser ideogramas, es indistinto cómo se pronunciara: escribir “casa” (家) significa «una casa» independiente de si se pronuncia «jiā», «ie», «casa», «house» o «haus».
La escritura evolucionó junto con el idioma y desarrolló ideogramas propios que no existen en mandarín. A estos se los denominan kokuji (caracteres nacionales) y wasei kanji (kanji japoneses).
Es tan importante este sistema de escritura que post Segunda Guerra Mundial, el Comando Supremo de las Fuerzas Aliadas (Supreme Commander for the Allied Powers o SCAP) había sugerido al gobierno japonés modernizarse aboliendo la escritura kanji y reemplazarla por el alfabeto romano porque lo consideraba complicado.
Hubo rechazo de diferentes sectores y el gobierno japonés solo simplificó el uso a 1841 caracteres para los que consideraba de uso cotidiano y para documentos oficiales. A esto le denominó tōyō kanji (o kanji de uso general), posteriormente hubo otras reformas de la escritura en 1981 y en 2010 en las cuales se quitaron algunos que no consideraban relevantes y agregando otros al listado quedando un total de 2136 kanji como de uso cotidiano que consisten en:
1026 kanji que se enseñan en la escuela primaria (1er a 6to grado) llamado kyōiku kanji.
1110 kanji adicionales que se enseñan en la escuela secundaria (7mo a 9no grado).
Con esta cantidad de ideogramas uno podría desenvolverse bien en la sociedad. Complicado ¿no?
No hay otra forma de aprenderlo mas que leyendo y escribiendo la palabra una y otra vez. Hay muchos videos en el que prometen métodos creativos para recordarlos pero no hay mucho secreto, se aprende por repetición. En clases nos hacían escribir hojas y hojas al igual que cuando estaba en primaria. Lo que usaba muchísimo eran los tango kādo (flashcards), unas tarjetas donde de un lado escribía el kanji y en el reverso el significado.
Era muy común que nos dieran como tarea escribir composiciones en unas hojas cuadriculadas llamadas genkō yōshi (o sakubun paper).
Título.
Nombre del autor.
Se comienza la primera oración dejando un cuadrado (como si fuera una sangría).
En este caso es un subtítulo.
El signo de puntuación ocuparía un espacio excepto cuando apareciese al principio en una nueva columna, caso que se coloca junto al último carácter.
También hacían cartearnos con estudiantes japoneses de otras universidades para que pudiéramos leer japonés real de puño y letra de alguien no docente.
Como el papel juega un rol tan importante en la vida del japonés, el diseño, calidad y gramaje es muy variado. La escritura de puño y letra en un buen papel revela el aprecio que se pueda tener al prójimo.


En el plazo de menos de un año logré asimilar unos de 300 kanji (lo mismo que un niño de tercer grado) y lograba leer varios más solo por cruzármelos en mi vida cotidiana, pero no sabía escribirlos. Otros tantos los deducía por contexto o por su radical1. En esa época no existía Google Translate y mucho menos Google Lens, así que el diccionario electrónico era un complemento de mi mano y con éste buscaba el kanji ingresando la cantidad de trazos y su radical.
Me consolaba con que los japoneses tampoco se acordaban de muchos kanji. Había programas de TV donde los participantes debían escribir las palabras que les pedían y muchas veces las escribían mal o con el orden de los trazos incorrectos.
El celular facilitó muchas cosas pero por contrapartida perjudicó el aprendizaje de la escritura en un idioma como el japonés.
Mi conclusión por experiencia fue que uno aprende a leer muchos más kanji de los que pueda escribir, solo por uso, ver carteles en la calle o en algún libro o revista.
La lectura es importante en cualquier idioma pero en un idioma como el japonés, es imprescindible. Supongo que por eso es común ver japoneses leyendo en cualquier parte, en todo momento, posiblemente para no olvidarse de cómo leer y escribir.
Quien esté estudiando el idioma quiera practicar escritura, pueden bajarse los PDF de las hojas preimpresas del siguiente sitio: Japanese Writing Paper: FREE Printable Blank Japanese Writing Sheets.
Para el amante de la caligrafía recomiendo mucho seguir este perfil de Instagram.
es una especie de clasificador etimológico.