Nunca fui fan del Ryūkyū Glass, la técnica del vidrio okinawense, tal vez por considerarla rústica comparada con otras técnicas de cristalería.
Y por otra parte, desconocía los orígenes de esta técnica, su resurgir y el espíritu con la que la misma está cubierta.
La actual cristalería okinawense es la misma que la de su pueblo: de guerra y renacimiento.
Se dice que la cristalería de Okinawa proviene del sudeste asiático y del Estrecho de Malaca varios siglos atrás.
Sin embargo, su producción no comenzó hasta el siglo XIX. La cristalería se rompía fácil durante los largos viajes en barco, lo que llevó a la gente de Okinawa a invitar a vidrieros de Nagasaki y Ōsaka para aprender a hacer botellas para medicamentos o lámparas para ellos mismos.
Se utilizaron todo tipo de vidrios reciclados como botellas de vidrio rotas de barcos que venían del extranjero, sake y de shōyu1. También hicieron uso de productos de menor calidad como vidrio que contenía burbujas de aire o vidrios con grosor irregular. Estos factores contribuyeron al diseño particular de Ryūkyū Glass.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la isla y su industria fueron devastadas. Los artesanos que regresaron a sus pueblos para reconstruir sus vidas no encontraron más que escombros y se vieron forzados a utilizar lo que había disponible.
Empezaron a recolectar las botellas desechadas por las fuerzas de militares estadounidenses. Algunos dicen que eran botellas de Coca-Cola arrojadas desde los barcos, aunque es más probable que sea por los residuos que generaban las bases militares que ocupaban (y ocupan) gran parte de la isla.
Estas botellas eran derretidas y vueltas a moldear en un nuevo tipo de vidriería. Estos productos llamaron la atención de los soldados en servicio que los compraban como contenedores o souvenires iniciando una base económica para la nueva industria.
Desde la guerra, el arte okinawense de hacer vidrio ha sido refinado y floreció en una de las tradiciones más sobresalientes de la isla. La artesanía local está muy bien valorada, incluso he visto piezas de unos miles de dólares.
En todas partes de la isla hay muchos talleres de cristalería okinawense, sin embargo donde hay una mayor concentración de estos es en la ciudad de Yomitan2.
Una de las atracciones que ofrecen estos talleres, es la posibilidad de uno mismo poder hacer su propio vaso/copa o lo que sea.
Las siguientes fotos son de un taller llamado Umikaze o “Viento del mar”.
Aquí una entrevista al gerente de ventas de este taller.
Como se observa, la mayoría de los objetos son coloridos y con motivos alegres, reflejo de la cultura local.
Información obtenida de:
Salsa de soja/soya.
Ciudad localizada en la costa oeste de la parte central de la isla.